El Encontrarse presenciando un espectáculo de Cabaret, ya sea en el Moulin Rouge del siglo XIX francés, o en el Kit kat Klub siglo XX en la Alemania del periodo de entre guerras, siempre presentará la característica que le resulta propia: La Crítica Social.
La crítica que hace el espectáculo de Cabaret, no se encuentra exenta de encanto. No se trata de la diatriba del agitador provisto de rencor, sino que se trata de proveer a ésta de un valor artístico que resulta ser tan efímero en sus efectos, como lo es el tiempo que dura una presentación musical, de baile o de comedia.
En el Moulin Rouge convivían… No, más bien, se valía uno, del otro extremo social. Los ricos de los pobres en personas de las coristas… y mismas que lo aceptaban. Pero eso no es lo importante, sino el hecho de delatar la doble moral de los pudientes…”. El dinero hace girar al mundo, un marco, un dólar, una libra, es lo que lo hace girar”.
Se trata de una crítica que no conlleva mayores pretensiones que la divertir a la audiencia, de una manera mucho más inteligente. Es la sustitución de los objetivos propios de la crítica social. No se pretende generar un levantamiento del Social, sino que única y simplemente se pretende diversión … Bueno, divirtámonos ahora.
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